martes, 30 de octubre de 2012

CAPÍTULO 3: El ascenso a los Lagos de Covadonga



Puente del Pilar, viernes 12 de Octubre, 20:30 de la tarde... Con las bicicletas cargadas en la furgona, víveres para pasar la noche en Colunga, y ya puestos alguna mochila de más. Salimos a la conquista del pueblo Astur…
Bien entrada la mañana, el equipo de soporte nos dejó a unos 2 km de la subida a los lagos de Covadonga. (Para los no ciclófilos, etapa final de la vuelta a España 2012. Un total de 14 km de subida, en los que se salva un desnivel de 962 m, con una pendiente media del 6,87 %).
Una vez cargadas las reservas de potasio y “cumpliendo” con la previsión meteorológica. Bajo una fina cortina de agua empezamos el calentamiento previo hasta llegar al control de subida. Según ascendíamos por el espectacular cambio de vegetación del parque natural, desde el verde frondoso que va abrazando carretera, pasando por los prados de pasto bovino, hasta llegar a la Huesera. Momento en el que el pelotón de cabeza tomó ventaja mientras nos sumergíamos en la nube que nos había estado vaporizando constantemente.
,  Tras el último esfuerzo alcanzamos los lagos Enol y Ercina recibidos por una ovación tan inesperada como merecida. Aunque quizás más que por haber llegado arriba, fuera por la locura de subir lloviendo, incluso por la reivindicación de uno de los integrantes del club en contra del culote y los pantalones de pata estrecha.
Una vez recuperadas las fuerzas bebiendo un caldo caliente, nos abrochamos los impermeables para empezar el descenso. Haciendo gala de una impecable demostración de contorsionismo, con la medalla de oro en las modalidades de salto de bicicleta y esquivamiento de Alsa.
Mientras tanto en las proximidades, el equipo de soporte hizo lo propio en el “escanciamiento de sidra y la cata de cabrales”. En las que destacó sobre todo el representante de la delegación alemana.
Juntos de nuevo, repusimos las calorías perdidas con unas buenas fabas asturianas, cordero, ternera y “un poco de postre“. Por último para clausurar nuestra emocionante excursión fuimos a despedirnos de la Virgen de Covadonga

Fdo.: David Jiménez Virumbrales.

miércoles, 3 de octubre de 2012

CAPITULO 2: NO ME TOQUES LOS CÓNDILOS QUE SE ME IRRITA EL A.R.


Esta vez gracias a nuestro guía de grupo, con una predicción meteorológica más favorable. Nos reunimos para hacer una ruta de 80 km por el canal de Castilla desde Amusco (provincia de Palencia). Con la vista hacia Campo Grande salimos del colegio acompañados de la dulce brisa matutina para coger un tren dirección: ¿La nada? Nos detuvimos en un andén del tamaño de un vagón de cercanías, que a petición del revisor nos cuadraron para que nos pudiéramos bajar sin arnés. Ya en el oeste palentino conseguimos encontrar el Canal de Castilla para seguir corriente abajo pasando por: Palencia, Venta de Baños, Dueñas y demás pueblos de la geografía. Una vez abierta la veda de pinchazos por partida doble, siendo el primero totalmente in-Esperado. Se pasó la comida entre conversaciones de un nivel intelectual y cultural acordes a un colegio mayor como el grado de irritación condilar de los residentes y la posible irreversibilidad de los daños prostáticos. Por último terminamos la etapa al lado de la Antigua con unas bien merecidas rubias. (Cervezas, mal pensados).
Fdo.: David Jiménez Virumbrales

CAPITULO 1: VIENTO EN CONTRA

Empieza el curso, gente nueva por los pasillos, traqueteo de maletas… Pero allí estaban los jinetes mejor preparados de Valladolid. El olor a goma y el sonido metálico de las cadenas inundaba la silenciosa mañana de domingo en la entrada de Peñafiel.
Con buen ritmo nos dispusimos a comenzar una etapa de 60 km combinando pinares, la temida subida de la parrilla, y demás pueblos pucelanos del sur.
Salimos de la ciudad por los armoniosos caminos del canal del Duero. Sin embargo mientras luchábamos por mantenernos encima de unas bicicletas que se hundían en las arenas movedizas del “Jerte de Valladolid”. Justo cuando creíamos que la situación estaba controlada, fueron las inclemencias del tiempo y más en concreto el viento huracanado las que hicieron mella en el grupo.
Algunos desfallecieron… Pero con tesón conseguimos llegar a poner el punto y final con una magnífica comida en Herrera.

Fdo.: David Jiménez Virumbrales