El mejor homenaje posible a Daniel Jarque
Tripletes imposibles que se quieren repetir, fichajes galácticos con los que poder volver a alcanzar el cielo, descensos por deudas por las mismas malas gestiones de todos años… El verano nos estaba dando noticias de este tipo hasta que llegó el fallecimiento de Dani Jarque, una muerte trágica que se suma a la de Antonio Puerta hace dos años y vuelve a teñir de luto este mundo del futbol-negocio que se queda insignificante ante esta noticia. Como tan insignificante resulta el negocio al lado de la vida en el fútbol quizás sea el momento de que los dirigentes españolistas den un golpe de efecto y homenajeen a Jarque poniéndole su nombre al nuevo estadio.
Daniel Jarque era un jugador del RCD Español de 26 años, en la etapa de la vida en la que un futbolista suele estar en pleno apogeo. Era un chico sano, según dicen todos aquellos que le han podido conocer durante su carrera profesional, un ejemplo para todos aquellos chavales que están saliendo ahora de la cantera del Español, club en el que Dani se desarrolló y se consolidó como fútbolista. En 2003 lograba cumplir su sueño. Tras muchos años en las categorías inferiores del club catalán, Ramón Moya le hacía debutar en Primera División. Años despés, el célebre entrenador Miguel Angel Lotina le hacía un fijo del primer equipo, convirtiéndolo así con el paso de los años en uno de los símbolos del españolismo por su carácter y su solidez tanto en el centro de la zaga, su posición en el campo, como fuera de los terrenos de juego.
Todo esto hizo que sus compañeros le eligiesen capitán hace días coincidiendo con la inauguración del nuevo campo del RCD Español, un campo que se llevaba esperando desde hacía años cuando, tras la demolición de Sarriá, el conjunto españolista se vió obligado a jugar en el exilio de Montjuic. Se abría así una nueva etapa para un jugador que sentía los colores blanquiazules en lo más fondo de su corazón, el mismo que el pasado sábado le falló, inexplicablemente, poniendo fin prematuramente al nuevo capítulo de su vida que acababa de empezar. Por azares de la vida, el destino quiso que le faltasen apenas dos meses para ver nacer su primer hijo, igual que le sucediese a Antonio Puerta, otra víctima futbolísta del cruel destino que hace dos años tiñó de luto el comienzo de la temporada futbolera.
El nombre y el recuerdo de Daniel Jarque se podría ver perpetuado en el recuerdo de los españolistas con la adopción de su nombre por parte del nuevo estadio de los “pericos”, un jugador que falleció en plena concentración de pretemporada del club y que, desde bien pequeño, llevaba pegado al pecho un mismo y único escudo, el del Español, no merece menos homenaje que este. Al fin y al cabo, el Estadio no tiene nombre y es mucho más digno bautizar un estadio con el nombre de un jugador que lo dio todo por el club que terminar poniéndole el nombre de un dirigente corrupto, un político interesado o un nombre comercial por el que se paguen millones a pesar de no tener que ver nada con el club. Sin duda, la opción Daniel Jarque, es la mejor opción.
Cristian Padilla Ortega
