El pasado sábado tuvo lugar el tradicional Torneo “Ñ” de Pádel del Colegio Mayor Peñafiel en las Pistas de las Norias, un lugar habitual en los últimos años. La competición de este año contó con un éxito de participación en el que destacó la irrupción de un nuevo jugador que hizo temblar a las raquetas más laureadas del Torneo. Estamos hablando, como no podía ser de otra manera, de Carlos Choya cuya actuación fue sublime a pesar de su pareja. Los que pudieron ver en acción al joven y destacado nuevo residente del Colegio Mayor Peñafiel contaban que era capaz de cubrir a la vez las cuatro esquinas de la pista y correr para restar sus propios golpes en un alarde de superioridad manifiesta.
Afortunadamente no le hizo falta, ya que se conformó con defender las dos esquinas de su campo ante la pasividad de su compañero Gustavo Azcona que asistía como un espectador más a la exhibición del riojano que no ganó el torneo fruto de la manipulación de la organización, un año más a cargo de Óscar Melero, alías “la mano negra” que ¿equilibra? la competición.
Otro de los sucesos reseñables del Torneo fue la lesión sufrida por Chus en un ojo (el único que le quedaba intacto). El alcorconero sufrió un impacto con el cristal persiguiendo una bola lanzada por la pareja Chemi-Álex cuyo propósito no era otro que el de eliminar a sus rivales aplicando la teoría de que “El fin si que justifica los medios, más en el pádel”. Con Chuchín fuera de combate, la clásica pareja pudo apuntarse su primer triunfo. Algo que no pudo hacer por otro lado la formada por Óscar y Cristian, que fracasó en su intento de lograr alguna victoria. En una competición que buscaba juntar parejas con un jugador bueno y otro malo todavía la gente se pregunta quién era el mejor de los dos.