lunes, 19 de noviembre de 2007

me duele todo!

¡Me duele todo!

Ayer asistí, después de mucho tiempo sin hacerlo -los años no pasan en balde- al partido de fútbol 11 en Mucientes. ¡¡qué recuerdos!! Llegamos tarde, muy tarde (como no podía ser de otra manera). Aunque deberíamos haber empezado a jugar a las 4,30 lo hicimos más allá de las cinco… bien, porque con lo pronto que anochece, no se alarga la agonía de algunos…

Fuimos una representación de glorias viejas. Peñafiel perdió frente a la juventud, a pesar del entusiasmo brutal de Bruno. Delante, gente joven –entre otros, Miguel y Monchi-; detrás, el valladar de Valentín; por el centro, Paco, Bruno, Chapas; por la izquierda, Quique, por la derecha, Félix, y de cancerbero, el omnipresente Cosgui.

Todo profesional: todos, botas de fútbol; jugamos “al fuera de juego” (aunque claro, jugar a hacer fueras de juego sin linier que los señale permite que te metan goles sin mayor problema). Más que un capitán, teníamos muchos “sargentos”, que daban órdenes a veces contradictorias: (a mí me caían broncas por todos los lados: de Cosgui (jefe de porteros), de Valentín (jefe de la defensa), de Bruno (¿jefe? de la media)… Menos mal que los delanteros andaban lejos, que si no también me darían órdenes. Ya se pasó el tiempo de que los malos (esos que son los últimos en ser elegidos y que más que “elegidos” son “asignados”) se ponían en la defensa… Ya no hay lugar para los malos ni en la defensa.

Y, a pesar de todo (¿demasiados jefes para pocos indios?), perdimos. Sin comentarios. Me duelen todos los músculos, de la falta de costumbre; me duelen las piernas, de las (lógicas) patadas; me duele la autoestima personal, me duele la autoestima colectiva, me duele, en fin, no haber podido participar en la “operación rescate” de los ciclistas perdidos en el páramo. (aunque esto exige otra crónica).

El abuelo



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta mañana me venía a la cabeza la canción de MECANO: "Hoy no me puedo levantar". La edad no perdona... Un saludo y el siguiente partido sacaremos mucha más rentabilidad a nuestra veteranía

cosgui dijo...

esta crónica merece pasar a los anales del periodismo.
se me han puesto los pelos como escarpias con tu relato, compañero!
eso, eso, a ver si los ciclistas nos cuentan por escrito lo qué pasó en el páramo tudelano, o alguno de nuestros redactores se anima a abrir un post con lo que salió en la tertulia.

Anónimo dijo...

Que gran relato iñigo¡¡¡ aunque resulta un pelin patetico que a mis 18 me sienta identificado con tu post. En fin, algunos teneis que manteneros en forma, y otros todavia tenemos que cojerla.

Aunque creo que a mi me resultara bastante dificil dados los estragos de mi amigo ducados.