lunes, 24 de febrero de 2014

CAPITULO 6: AQUABIKE


Batiendo todos los records de participación el viernes una hilera de ruedas y radios invadió las calles de Valladolid. Con el copioso agrado de un tráfico motorizado, que por supuesto, nos facilitó todas las maniobras con un sinfín de melodías onomatopéyicas a la par que abandonábamos la ciudad.
Fuimos dirección al pinar con la mentalidad de principio de temporada: perder mazapanes y recuperar poco a poco la forma.
Aun con esas y como lo nuestro no tiene remedio (para refrescar la memoria se pueden ver entregas anteriores como “pasados por agua” y “charcofilia”), algunos optaron directamente por calzarse zapatillas impermeables para hacer una magistral demostración de acrobacias acuáticas. Que si bien podían ser derrapando en el medio del charco para tsunamizar al de al lado, mejor que mejor. Otros en cambio optaron por algo más seguro como atravesar el ya célebre lodazal del polígono de San Cristóbal.
Poco a poco se fueron sucediendo las clásicas escapadas de una espada negra de lo más competitiva persiguiendo a un deforme en plena forma capaz de adelantarnos a todos con sus estallidos.
Camino de vuelta una avería técnica al lado del Esgueva forzó un solidario cambio de bicicletas, con la finalidad de evitar que uno de los miembros perdiera de un plumazo su recia virilidad empujado encima de la bici por delante de su facultad.


David Jiménez Virumbrales

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