No pudo ser, una vez más, la desgracia en Oviedo

El fútbol al igual que la vida misma tiene sus subidas y bajadas cual montaña rusa. Unas veces estás arriba en lo más alto y otras estás abajo. Cuando se está arriba todo es muy bonito y todo sale bien, pero cuando te toca estar abajo todo te sale mal y no entiendes por qué puedes tener tan mala suerte.

Ayer un equipo de fútbol que hace tiempo dejó de estar en lo más alto volvió a sufrir las consecuencias que tiene la mala suerte del que no se codea entre los grandes. Una vez más, el Real Oviedo volvió a sufrir una desgracia e injusticia futbolística. Y ya van .... 8 años. Desde que en verano de 2000 el Real Oviedo estrenara el Nuevo Estadio Carlos Tartiere, todo han sido desventuras para el equipo de la capital del Principado: la muerte del futbolista Peter Dubovsky (ese mismo verano de 2000); un descenso a Segunda (verano 2001); un descenso a Segunda B y, a continuación, a Tercera (verano de 2003); la muerte del futbolista Armando (Noviembre de 2003); un NO ascenso muy doloroso en su primer año en Tercera (verano de 2004); tras un año de suerte con el ascenso a los dos años un nuevo descenso a Tercera (verano de 2007) y, por último, lo acontecido ayer, otro nuevo NO ascenso que nos obliga a pasar nuestro cuarto año en la Tercera división.

Y es que el fútbol, el deporte rey, no entiende de historia ni de afición, ni de justicia e injusticia. Atiende a otro muchos factores, pero el más basico es que la pelota entre o no entre en la red. Ayer, tras un partido de ida perdido en Caravaca por 4-1, tocaba la machada. Se necesitaba un 3-0. Toda la semana nos habíamos estado concienciando de que era posible, y que el apoyo de la afición sería fundamental, una vez más.

La fecha de domingo estaba marcada en el calendario. Miles de oviedistas se congregarían en el Nuevo Carlos Tartiere con el fin de dar aliento a su equipo para lograr la machada e intentar que el rival supiera lo que es el Oviedo y su afición.

24.000 personas en las gradas, 22 jugadores, dos linieres, un árbitro y un pitido inicial. El Oviedo salió a comerse al rival y llegaron los goles. Por una vez parecía que la suerte nos acompañaba, el guión se cumplía. A los 10 minutos de la segunda parte llegaba el ansiado 3-0. Pero de nuevo la desgracia se cernió con el conjunto azul. La expulsión de Curro por celebrar demasiado tiempo su gol, el tercero, dejó al Oviedo, que lo había dado todo durante el partido, con uno menos. El cansancio hizo mella en los jugadores y el Caravaca anotó, se acabó.
Un gol de los murcianos obligaba al Oviedo a marcar 2 goles en 1o minutos, pero un segundo gol de los de Caravaca puso el adiós a toda esperanza pese a que el Oviedo macaría el cuarto por medio de Lucas.

Pese a todo, pese a estos 8 años de desgracias, injusticias y, por qué no decirlo, de humillaciones, la afición saltó al campo al final del partido para arropar a los jugadores que lo habían dado todo por defender los colores de un equipo cuya afición demostró una vez mas que esta por encima de todo.

La grandeza de un club no se mide por las veces que cae, si no por las veces que se levanta. Por ello una vez más, y por siempre seguiré diciendo: VOLVEREMOS.











Resumen Oviedo-Caravaca

HALA OVIEDO


Cristian