Un equipo de geriátrico doblega al Real Madrid
El Real Madrid se volvió a encontrar nuevamente con una inesperada derrota, ante un rival del que se esperaba poco y cuya media de edad en el campo superaba la treintena de años. Pirlo y Pato en dos ocasiones anotaron los goles milanistas. En el Real Madrid, el mejor fue Raúl que anotó un gol y dio a Drenthe la asistencia del segundo tanto blanco. El árbitro De Bleckeree cuajó una pésima actuación
El Milán se presentaba en la capital española más muerto que vivo. Su mala racha en la Serie A, su inesperada derrota en la anterior jornada de Champions ante un rival como el Zúrich y el letargo de sus estrellas hacían presagiar una victoria clara para el conjunto blanco. Pellegrini había avisado antes del choque que el conjunto rossonero no estaba acabado y que sus jugadores iban a poner las cosas más que difíciles.
El técnico madridista decidió salir a por todas desde el inicio y puso en liza su “once de gala”, con la ausencia claro está de Cristiano Ronaldo por lesión. Leonardo, por su parte, también salió con sus mejores jugadores para tratar de dar la sorpresa. Sin embargo, fue una estrategia un poco arriesgada pues dejaba muchos espacios libres para que los merengues tuvieran el balón y creasen peligro, un peligro que apenas llegó.
Comenzaron los dos equipos metidos en el partido, la posesión se sucedía entre uno y otro, pero las ocasiones no llegaban. La primera jugada de peligro fue obra de Benzema que se internó en el área y cuando pisaba línea de fondo fue derribado por Zambrotta. El italiano hizo una tijera al francés, sin embargo el colegiado De Bleckeree se hizo el sueco. Mal empezaba el árbitro que ya había condenado al Madrid en Anfield el año pasado.
El Real Madrid no inquietaba, pero el Milán tampoco lo hacía. Las llegadas de ambos equipos se contaban con cuentagotas y casi nunca llevaban peligro. En una de esas jugadas, Granero disparó con rabia, pero Dida atajó en dos tiempos, o eso pensaron muchos, pero el balón se le escapó de las manos y ahí apareció el más listo de la clase, al que daban por muerto, al que daban por acabado, apareció Raúl para poner por delante a los blancos. Un gol de pillo que le sirve al Gran Capitán para convertirse en el máximo goleador en competiciones europeas.
Los blancos ya habían echado el diente a su presa. Sin embargo, en lugar de darse un festín decidieron dejarle con vida, y el Milán no desaprovecharía la oportunidad. Los rossoneros apenas aparecieron tras el gol, todavía estaban aletargados. Ronaldinho deambulaba por el campo sin sentido, ni corría, ni encaraba, ni se iba de su sombra. La zaga milanista dejaba hacer al Madrid, sin embargo los blancos no aprovechaban esos pequeños regalos. Marcelo lo intentó con varias cabalgadas, Benzema hizo lo propio, pero el francés lleva un tiempo en dique seco, mientras en defensa Albiol y Pepe se erigían como amos y señores de la zaga.
Los blancos no ponían intensidad, no le ponían ganas. Si al menos hubieran metido una marcha más, el Milán se hubiese ido al descanso con tres o cuatro goles, pero el equipo de Pellegrini no quiso jugar o no supo cómo hacerlo. El árbitro hizo sonar su silbato y se llegó al descanso. La primera parte de lo que se esperaba como un gran partido, había dejado mucho que desear.
El segundo tiempo no comenzó con grandes variaciones, y es que el Madrid siguió teniendo el balón y el Milán esperando haber que hacían. Por entonces llevaban ya los blancos 9 saques de esquina botados. Kaká quiso aparecer y resolver ante su ex-equipo, pero no supo cómo hacerlo. Un tiro suyo fue atajado sin problemas por Dida.
El Milán seguía dormido, pero Pirlo quiso despertar a los de Leonardo de su letargo. El italiano se sacó de la manga un trallazo que se coló pegado al palo de la meta de Casillas, era el minuto 62 y los italianos empezaban a animarse. El Real Madrid lejos de salir a por todas, dejó que fueran ahora los milanistas los que llevaran la batuta. Esta fue la sentencia de los merengues. Cuatro minutos después del fantástico gol de Pirlo, llegó el segundo. Ambrosini conectó con Pato, que ya se había zafado de Albiol. Casillas salió, pero no acertó a tocar el balón y la jovenperla brasileña puso por delante a los suyos.
Pellegrini miró entonces al banquillo, pero se encontró que sólo disponía seis jugadores, ninguno de ellos delanteros y a excepción de Van der Vaart todos ellos tenían cualidades defensivas. El técnico introdujo en el campo a Drenthe y sacó a Granero. Una apuesta muy arriesgada, que le salió bien al chileno. Drenthe empataría el partido en el minuto 75 con un fuerte disparo desde la frontal, tras saque de esquina de Raúl. El Santiago Bernabéu esperaba una remontada y muchos cantaron gol en un tiro de Kaká que Raúl empujó a la red, pero el delantero se encontraba en claro fuera de juego.
El tiempo empezaba a tocar a su fin y el Milán se iba animando cada vez más, al ver que podían sacar tres puntos de su visita al feudo madridista. Ronaldinho, que en todo el partido no había hecho nada, se marcó una galopada en la que dejó sentado a Pepe, su pase lo mandó Seedorf a las nubes. En la siguiente jugada llegaría la polémica, pues un saque de esquina fue rematado por Thiago Silva, pero el colegiado pitó falta sobre Raúl. Ronaldinho dio un manotazo al capitán que trataba de impedir que Nesta se acercara en tono amenazante al árbitro. En vez de sacar tarjeta al brasileño. El holandés amonestó a Nesta y a Raúl.
El partido tocaba casi a su fin, cuando nuevamente Pato apareció en escena y se aprovechó de un fallo defensivo de los merengues para batir a Casillas. El 2 a 3 final ya lucía en el luminoso. Con el pitido final se acabó un encuentro aburrido y atípico donde la vieja guardia pretoriana se impuso a la galaxia blanca.
Javi Taboada [www.futboldelujo.com]