lunes, 5 de octubre de 2009

EL COLEGIO MAYOR PEÑAFIEL CON EL PUCELA

Dos cambios de guión en un partido loco

El partido que se vivió ayer en el Nuevo José Zorrilla tuvo de todo: un duelo de cánticos entre aficiones, goles, expulsiones, una lesión y dos importantes protagonistas, Diego Costa e Iker Munianin. La unión de todo esto hizo que un partido sin un fútbol espectacular estuviese muy emocionante y diera mucho que hablar.

Ambos equipos saltaron al terreno de juego con la intención de enmendar los malos resultados de las últimas jornadas. Los primeros minutos fueron para el Athletic que salió con una velocidad más. Pese a eso, el conjunto local pudo adelantarse en un centro de Sesma al que no llega Diego Costa por poco en el primer palo y que terminó rematando fuera Sisi en el segundo palo.

La réplica la dio el Athletic poco después por medio de Toquero, pero su cabezazo no encontró portería. Fue un tímido aviso de lo que llegaría más tarde. Un perfecto disparo de Susaeta desde fuera del área adelantaba a los leones para regocijo de la afición bilbaína que, en un número cercano a los 3000, no dejó de animar durante la primera parte. El gol de Susaeta despertaba los fantasmas del conjunto pucelano, que no es capaz de ganar en casa. Sin embargo, tras ese gol todo iba a cambiar.

Dos jugadas desgraciadas propiciaron el primer cambio de guión del partido, y le pusieron al Valladolid la remontada en bandeja. En primer lugar, la lesión de la referencia ofensiva del Athletic –Fernando Llorente– en el minuto 13, tras recibir un cabezazo tremendo de Nivaldo y, posteriormente, la expulsión de Ustariz por claro derribo a Diego Costa cuando se marchaba solo para encarar la porteria de Iraizoz.

Todo esto trastocó los planes de Caparrós que se vio obligado a hacer dos cambios prematuros e inesperados, el de Joseba Etxeberria por el lesionado Llorente y el del defensa Etxeita por Yeste, un cambio obligado por la expulsión para conservar el resultado. El Valladolid espabiló viendo que se le ponía el partido de cara y dio su mejor versión, aunque fuera en superioridad numérica. Canobbio y Diego Costa se cargaron la responsabilidad ofensiva a sus espaldas y así llegaron las ocasiones pero no los goles. Con el 0-1 se alcanzó el descanso, aunque la sensación general que había en el estadio era de que el partido no iba a finalizar así.

Tras el descanso, al Valladolid le costó entrar de nuevo en el partido. Tuvo que ser la entrada de Manucho la que aportara mayor frescura al ataque pucelano y así regresaron las ocasiones. En el minuto 56 Etxeita sacó un disparo peligroso de Sesma en el área pequeña. El Valladolid avisaba y no tardaría en llegar el empate. Sólo pasaron cinco minutos de esa ocasión para que el mejor del partido, Diego Costa, tras un gran pase de Sisi, lograra batir a Iraizoz con un disparo cruzado.

La afición local se envalentonó tras el empate y comenzó a llevar a los suyos en volandas, mientras que la afición del Athletic no las veía todas con su equipo. Fruto del empuje local llegó el segundo y la remontada, tras cabecear Nivaldo un centro de Álvaro Rubio en una falta lejana. Parecía que ya no se le iba a escapar el partido a los pucelanos, pero el guión iba a cambiar de nuevo radicamente.

Un minuto después, tan solo, del gol de Nivaldo, iba a ser expulsado Alberto Marcos por doble amarilla tras zancadillear a Susaeta. Los dos equipos se quedaba en igualdad de condiciones pero lo peor para el Valladolid sería el lanzamiento de la falta ya que tras el mismo, Iker Muniain recogió el balón suelto en el área y con suspense logró batir a Jacobo que pudo hacer más en esa acción. Iker hizo historia con este tanto ya que se convierte en el goleador más joven de la historia de la Liga.

Todo cambiaba para el Valladolid pero todavía quedaba más. Minutos después Nivaldo también fue expulsado y el conjunto local pasó en poco tiempo de ir ganado en superioridad numérica a ir empatando en inferioridad. Pese a eso, en un alarde de pundonor el conjunto pucelano tuvo la opción de marcar el gol de la victoria, aunque Diego Costa esta vez no acertó con la portería de Gorka. También tuvo la suya el Athletic, pero salvó Jacobo. El marcador de este partido loco no se movería ya, dejando un sabor agridulce a la parroquia vallisoletana que no sabe lo que es ver ganar a su equipo desde hace cinco meses.

Cristian Padilla

1 comentario:

iltino dijo...

Impresionante Cristian... Cada año son mejoras las crónicas deportivas